Una de las cosas que más nos llamó la atención al empezar a bailar kizomba fue la naturalidad con la que en todos los talleres, clases e intensivos a los que acudíamos chico era sinónimo de la persona que llevaba ( «leader»), y chica de persona que se dejaba llevar («follower»). Esto fue algo que al popularizarse ciertas escenas como la de swing allá por 2014 quedó relegado al olvido. Primero en los espacios autogestionados, y poco después, en la totalidad de las escuelas que, afortunadamente, se fueron sumando y adaptando su manera de enseñar a la diversidad de identidades de género, opciones sexuales y, sobre todo, preferencias en la pista de baile.

Para seros sinceras, nunca vimos ninguna relación objetiva entre los genitales y algo tan personal nuestro rol en la pista. Algunas veces nos gusta hacer de leader, interpretando la música y convirtiéndola en pasos, pero también vemos tremendamente placentero el dejarse llevar por otra persona que lo haga por ti, siguiendo sus movimientos corporales y entendiendo sus sugerencias. Por no hablar del gusto que da cambiar el rol durante un mismo baile.

Ejemplo de un social de Kizomba de 2022

Preguntando, la excusa suele ser que hay más «chicas» que «chicos», y que al final, quien paga son las chicas por bailar con chicos. Que si no bailan no vuelven, y que el cliente manda y el mundo es así. Bueno, el mundo es como queremos que sea y cada vez vemos más chicas haciendo de leader, pero también chicos haciendo de follower o personas que no se identifican con estos géneros, y que, poniéndonos estrictos, tendrían la entrada vetada a la mayoría de los grandes eventos (sic).

Queremos pensar que lo que hay detrás de todo esto es simplemente una falta de reflexión sobre la importancia de adaptar la kizomba a los tiempos que corren, como ya se ha hecho con otras muchas escenas de baile locales y como ya sucede con esta misma escena en otros países cercanos.

Y mientras tanto en Berlín..

Por eso no solo llamamos a la reflexión entre los organizadores de eventos, sino también a la concienciación entre todas las personas que bailamos Kizomba / Urban Kiz / Tarraxo / Fusión / etc., por estos lares y PREGUNTEMOS al sacar a bailar por el reparto de los roles. Ya de paso, también por si la otra persona quiere seguir bailando y está cómoda. Hay muchas maneras de decirlo, con la voz y con el cuerpo.